ANTIGUO TESTAMENTO. SALMOS. LIBRO I


SALMOS
LIBRO I



Capítulo 1


El justo y los pecadores

1:1 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
1:2 Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche.
1:3 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.
1:4 No así los malos, Que son como el tamo que arrebata el viento.
1:5 Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio, Ni los pecadores en la congregación de los justos.
1:6 Porque Jehová conoce el camino de los justos; Mas la senda de los malos perecerá.
Capítulo 2


El reino del ungido de Jehová

2:1 ¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas?
2:2 Se levantarán los reyes de la tierra, Y príncipes consultarán unidos Contra Jehová y contra su ungido, diciendo:
2:3 Rompamos sus ligaduras, Y echemos de nosotros sus cuerdas.
2:4 El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos.
2:5 Luego hablará a ellos en su furor, Y los turbará con su ira.
2:6 Pero yo he puesto mi rey Sobre Sion, mi santo monte.
2:7 Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy.
2:8 Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra.
2:9 Los quebrantarás con vara de hierro; Como vasija de alfarero los desmenuzarás.
2:10 Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; Admitid amonestación, jueces de la tierra.
2:11 Servid a Jehová con temor, Y alegraos con temblor.
2:12 Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; Pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él confían.


Capítulo 3


Oración matutina de confianza en Dios
Salmo de David, cuando huía de delante de Absalón su hijo.

3:1 ¡Oh Jehová, cuánto se han multiplicado mis adversarios! Muchos son los que se levantan contra mí.
3:2 Muchos son los que dicen de mí: No hay para él salvación en Dios. Selah
3:3 Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que levanta mi cabeza.
3:4 Con mi voz clamé a Jehová, Y él me respondió desde su monte santo. Selah
3:5 Yo me acosté y dormí, Y desperté, porque Jehová me sustentaba.
3:6 No temeré a diez millares de gente, Que pusieren sitio contra mí.
3:7 Levántate, Jehová; sálvame, Dios mío; Porque tú heriste a todos mis enemigos en la mejilla; Los dientes de los perversos quebrantaste.
3:8 La salvación es de Jehová; Sobre tu pueblo sea tu bendición. Selah
Capítulo 4


Oración vespertina de confianza en Dios
Al músico principal; sobre Neginot. Salmo de David.


4:1 Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia. Cuando estaba en angustia, tú me hiciste ensanchar; Ten misericordia de mí, y oye mi oración.
4:2 Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo volveréis mi honra en infamia, Amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira? Selah
4:3 Sabed, pues, que Jehová ha escogido al piadoso para sí; Jehová oirá cuando yo a él clamare.
4:4 Temblad, y no pequéis; Meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama, y callad. Selah
4:5 Ofreced sacrificios de justicia, Y confiad en Jehová.
4:6 Muchos son los que dicen: ¿Quién nos mostrará el bien? Alza sobre nosotros, oh Jehová, la luz de tu rostro.
4:7 Tú diste alegría a mi corazón Mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto.
4:8 En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.
Capítulo 5


Plegaria pidiendo protección
Al músico principal; sobre Nehilot. Salmo de David.


5:1 Escucha, oh Jehová, mis palabras; Considera mi gemir.
5:2 Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, Porque a ti oraré.
5:3 Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré.
5:4 Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad; El malo no habitará junto a ti.
5:5 Los insensatos no estarán delante de tus ojos; Aborreces a todos los que hacen iniquidad.
5:6 Destruirás a los que hablan mentira; Al hombre sanguinario y engañador abominará Jehová.
5:7 Mas yo por la abundancia de tu misericordia entraré en tu casa; Adoraré hacia tu santo templo en tu temor.
5:8 Guíame, Jehová, en tu justicia, a causa de mis enemigos; Endereza delante de mí tu camino.
5:9 Porque en la boca de ellos no hay sinceridad; Sus entrañas son maldad, Sepulcro abierto es su garganta, Con su lengua hablan lisonjas.
5:10 Castígalos, oh Dios; Caigan por sus mismos consejos; Por la multitud de sus transgresiones échalos fuera, Porque se rebelaron contra ti.
5:11 Pero alégrense todos los que en ti confían; Den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; En ti se regocijen los que aman tu nombre.
5:12 Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; Como con un escudo lo rodearás de tu favor.
Capítulo 6


Oración pidiendo misericordia en tiempo de prueba
Al músico principal; en Neginot, sobre Seminit. Salmo de David.


6:1 Jehová, no me reprendas en tu enojo, Ni me castigues con tu ira.
6:2 Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy enfermo; Sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen.
6:3 Mi alma también está muy turbada; Y tú, Jehová, ¿hasta cuándo?
6:4 Vuélvete, oh Jehová, libra mi alma; Sálvame por tu misericordia.
6:5 Porque en la muerte no hay memoria de ti; En el Seol, ¿quién te alabará?
6:6 Me he consumido a fuerza de gemir; Todas las noches inundo de llanto mi lecho, Riego mi cama con mis lágrimas.
6:7 Mis ojos están gastados de sufrir; Se han envejecido a causa de todos mis angustiadores.
6:8 Apartaos de mí, todos los hacedores de iniquidad; Porque Jehová ha oído la voz de mi lloro.
6:9 Jehová ha oído mi ruego; Ha recibido Jehová mi oración.
6:10 Se avergonzarán y se turbarán mucho todos mis enemigos; Se volverán y serán avergonzados de repente.
Capítulo 7


Plegaria pidiendo vindicación
Sigaión de David, que cantó a Jehová acerca de las palabras de Cus hijo de Benjamín.


7:1 Jehová Dios mío, en ti he confiado; Sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame,
7:2 No sea que desgarren mi alma cual león, Y me destrocen sin que haya quien me libre.
7:3 Jehová Dios mío, si yo he hecho esto, Si hay en mis manos iniquidad;
7:4 Si he dado mal pago al que estaba en paz conmigo (Antes he libertado al que sin causa era mi enemigo),
7:5 Persiga el enemigo mi alma, y alcáncela; Huelle en tierra mi vida, Y mi honra ponga en el polvo. Selah
7:6 Levántate, oh Jehová, en tu ira; Alzate en contra de la furia de mis angustiadores, Y despierta en favor mío el juicio que mandaste.
7:7 Te rodeará congregación de pueblos, Y sobre ella vuélvete a sentar en alto.
7:8 Jehová juzgará a los pueblos; Júzgame, oh Jehová, conforme a mi justicia, Y conforme a mi integridad.
7:9 Fenezca ahora la maldad de los inicuos, mas establece tú al justo; Porque el Dios justo prueba la mente y el corazón.
7:10 Mi escudo está en Dios, Que salva a los rectos de corazón.
7:11 Dios es juez justo, Y Dios está airado contra el impío todos los días.
7:12 Si no se arrepiente, él afilará su espada; Armado tiene ya su arco, y lo ha preparado.
7:13 Asimismo ha preparado armas de muerte, Y ha labrado saetas ardientes.
7:14 He aquí, el impío concibió maldad, Se preñó de iniquidad, Y dio a luz engaño.
7:15 Pozo ha cavado, y lo ha ahondado; Y en el hoyo que hizo caerá.
7:16 Su iniquidad volverá sobre su cabeza, Y su agravio caerá sobre su propia coronilla.
7:17 Alabaré a Jehová conforme a su justicia, Y cantaré al nombre de Jehová el Altísimo.
Capítulo 8


La gloria de Dios y la honra del hombre
Al músico principal; sobre Gitit. Salmo de David.



8:1 ¡Oh Jehová, Señor nuestro, Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! Has puesto tu gloria sobre los cielos;
8:2 De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza, A causa de tus enemigos, Para hacer callar al enemigo y al vengativo.
8:3 Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que tú formaste,
8:4 Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites?
8:5 Le has hecho poco menor que los ángeles, Y lo coronaste de gloria y de honra.
8:6 Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies:
8:7 Ovejas y bueyes, todo ello, Y asimismo las bestias del campo,
8:8 Las aves de los cielos y los peces del mar; Todo cuanto pasa por los senderos del mar.
8:9 ¡Oh Jehová, Señor nuestro, Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!
Capítulo 9


Acción de gracias por la justicia de Dios
Al músico principal; sobre Mut-labén. Salmo de David.


9:1 Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón; Contaré todas tus maravillas.
9:2 Me alegraré y me regocijaré en ti; Cantaré a tu nombre, oh Altísimo.
9:3 Mis enemigos volvieron atrás; Cayeron y perecieron delante de ti.
9:4 Porque has mantenido mi derecho y mi causa; Te has sentado en el trono juzgando con justicia.
9:5 Reprendiste a las naciones, destruiste al malo, Borraste el nombre de ellos eternamente y para siempre.
9:6 Los enemigos han perecido; han quedado desolados para siempre; Y las ciudades que derribaste, Su memoria pereció con ellas.
9:7 Pero Jehová permanecerá para siempre; Ha dispuesto su trono para juicio.
9:8 El juzgará al mundo con justicia, Y a los pueblos con rectitud.
9:9 Jehová será refugio del pobre, Refugio para el tiempo de angustia.
9:10 En ti confiarán los que conocen tu nombre, Por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron.
9:11 Cantad a Jehová, que habita en Sion; Publicad entre los pueblos sus obras.
9:12 Porque el que demanda la sangre se acordó de ellos; No se olvidó del clamor de los afligidos.
9:13 Ten misericordia de mí, Jehová; Mira mi aflicción que padezco a causa de los que me aborrecen, Tú que me levantas de las puertas de la muerte,
9:14 Para que cuente yo todas tus alabanzas En las puertas de la hija de Sion, Y me goce en tu salvación.
9:15 Se hundieron las naciones en el hoyo que hicieron; En la red que escondieron fue tomado su pie.
9:16 Jehová se ha hecho conocer en el juicio que ejecutó; En la obra de sus manos fue enlazado el malo. Higaion. Selah
9:17 Los malos serán trasladados al Seol, Todas las gentes que se olvidan de Dios.
9:18 Porque no para siempre será olvidado el menesteroso, Ni la esperanza de los pobres perecerá perpetuamente.
9:19 Levántate, oh Jehová; no se fortalezca el hombre; Sean juzgadas las naciones delante de ti.
9:20 Pon, oh Jehová, temor en ellos; Conozcan las naciones que no son sino hombres. Selah
Capítulo 10


Plegaria pidiendo la destrucción de los malvados


10:1 ¿Por qué estás lejos, oh Jehová, Y te escondes en el tiempo de la tribulación?
10:2 Con arrogancia el malo persigue al pobre; Será atrapado en los artificios que ha ideado.
10:3 Porque el malo se jacta del deseo de su alma, Bendice al codicioso, y desprecia a Jehová.
10:4 El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios; No hay Dios en ninguno de sus pensamientos.
10:5 Sus caminos son torcidos en todo tiempo; Tus juicios los tiene muy lejos de su vista; A todos sus adversarios desprecia.
10:6 Dice en su corazón: No seré movido jamás; Nunca me alcanzará el infortunio.
10:7 Llena está su boca de maldición, y de engaños y fraude; Debajo de su lengua hay vejación y maldad.
10:8 Se sienta en acecho cerca de las aldeas; En escondrijos mata al inocente. Sus ojos están acechando al desvalido;
10:9 Acecha en oculto, como el león desde su cueva; Acecha para arrebatar al pobre; Arrebata al pobre trayéndolo a su red.
10:10 Se encoge, se agacha, Y caen en sus fuertes garras muchos desdichados.
10:11 Dice en su corazón: Dios ha olvidado; Ha encubierto su rostro; nunca lo verá.
10:12 Levántate, oh Jehová Dios, alza tu mano; No te olvides de los pobres.
10:13 ¿Por qué desprecia el malo a Dios? En su corazón ha dicho: Tú no lo inquirirás.
10:14 Tú lo has visto; porque miras el trabajo y la vejación, para dar la recompensa con tu mano; A ti se acoge el desvalido; Tú eres el amparo del huérfano.
10:15 Quebranta tú el brazo del inicuo, Y persigue la maldad del malo hasta que no halles ninguna.
10:16 Jehová es Rey eternamente y para siempre; De su tierra han perecido las naciones.
10:17 El deseo de los humildes oíste, oh Jehová; Tú dispones su corazón, y haces atento tu oído,
10:18 Para juzgar al huérfano y al oprimido, A fin de que no vuelva más a hacer violencia el hombre de la tierra.
Capítulo 11


El refugio del justo
Al músico principal. Salmo de David.


11:1 En Jehová he confiado; ¿Cómo decís a mi alma, Que escape al monte cual ave?
11:2 Porque he aquí, los malos tienden el arco, Disponen sus saetas sobre la cuerda, Para asaetear en oculto a los rectos de corazón.
11:3 Si fueren destruidos los fundamentos, ¿Qué ha de hacer el justo?
11:4 Jehová está en su santo templo; Jehová tiene en el cielo su trono; Sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres.
11:5 Jehová prueba al justo; Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece.
11:6 Sobre los malos hará llover calamidades; Fuego, azufre y viento abrasador será la porción del cáliz de ellos.
11:7 Porque Jehová es justo, y ama la justicia; El hombre recto mirará su rostro.
Capítulo 12


Oración pidiendo ayuda contra los malos
Al músico principal; sobre Seminit. Salmo de David.


12:1 Salva, oh Jehová, porque se acabaron los piadosos; Porque han desaparecido los fieles de entre los hijos de los hombres.
12:2 Habla mentira cada uno con su prójimo; Hablan con labios lisonjeros, y con doblez de corazón.
12:3 Jehová destruirá todos los labios lisonjeros, Y la lengua que habla jactanciosamente;
12:4 A los que han dicho: Por nuestra lengua prevaleceremos; Nuestros labios son nuestros; ¿quién es señor de nosotros?
12:5 Por la opresión de los pobres, por el gemido de los menesterosos, Ahora me levantaré, dice Jehová; Pondré en salvo al que por ello suspira.
12:6 Las palabras de Jehová son palabras limpias, Como plata refinada en horno de tierra, Purificada siete veces.
12:7 Tú, Jehová, los guardarás; De esta generación los preservarás para siempre.
12:8 Cercando andan los malos, Cuando la vileza es exaltada entre los hijos de los hombres.
Capítulo 13


Plegaria pidiendo ayuda en la aflicción
Al músico principal. Salmo de David.


13:1 ¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?
13:2 ¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma, Con tristezas en mi corazón cada día? ¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?
13:3 Mira, respóndeme, oh Jehová Dios mío; Alumbra mis ojos, para que no duerma de muerte;
13:4 Para que no diga mi enemigo: Lo vencí. Mis enemigos se alegrarían, si yo resbalara.
13:5 Mas yo en tu misericordia he confiado; Mi corazón se alegrará en tu salvación.
13:6 Cantaré a Jehová, Porque me ha hecho bien.
Capítulo 14


Necedad y corrupción del hombre
Al músico principal. Salmo de David.


14:1 Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; No hay quien haga el bien.
14:2 Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, Para ver si había algún entendido, Que buscara a Dios.
14:3 Todos se desviaron, a una se han corrompido; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
14:4 ¿No tienen discernimiento todos los que hacen iniquidad, Que devoran a mi pueblo como si comiesen pan, Y a Jehová no invocan?
14:5 Ellos temblaron de espanto; Porque Dios está con la generación de los justos.
14:6 Del consejo del pobre se han burlado, Pero Jehová es su esperanza.
14:7 ¡Oh, que de Sion saliera la salvación de Israel! Cuando Jehová hiciere volver a los cautivos de su pueblo, Se gozará Jacob, y se alegrará Israel.
Capítulo 15


Los que habitarán en el monte santo de Dios
Salmo de David.


15:1 Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo?
15:2 El que anda en integridad y hace justicia, Y habla verdad en su corazón.
15:3 El que no calumnia con su lengua, Ni hace mal a su prójimo, Ni admite reproche alguno contra su vecino.
15:4 Aquel a cuyos ojos el vil es menospreciado, Pero honra a los que temen a Jehová. El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia;
15:5 Quien su dinero no dio a usura, Ni contra el inocente admitió cohecho. El que hace estas cosas, no resbalará jamás.
Capítulo 16


Una herencia escogida
Mictam de David.


16:1 Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado.
16:2 Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; No hay para mí bien fuera de ti.
16:3 Para los santos que están en la tierra, Y para los íntegros, es toda mi complacencia.
16:4 Se multiplicarán los dolores de aquellos que sirven diligentes a otro dios. No ofreceré yo sus libaciones de sangre, Ni en mis labios tomaré sus nombres.
16:5 Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa; Tú sustentas mi suerte.
16:6 Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, Y es hermosa la heredad que me ha tocado.
16:7 Bendeciré a Jehová que me aconseja; Aun en las noches me enseña mi conciencia.
16:8 A Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido.
16:9 Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; Mi carne también reposará confiadamente;
16:10 Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción.
16:11 Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre.
Capítulo 17


Plegaria pidiendo protección contra los opresores
Oración de David.


17:1 Oye, oh Jehová, una causa justa; está atento a mi clamor. Escucha mi oración hecha de labios sin engaño.
17:2 De tu presencia proceda mi vindicación; Vean tus ojos la rectitud.
17:3 Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; Me has puesto a prueba, y nada inicuo hallaste; He resuelto que mi boca no haga transgresión.
17:4 En cuanto a las obras humanas, por la palabra de tus labios Yo me he guardado de las sendas de los violentos.
17:5 Sustenta mis pasos en tus caminos, Para que mis pies no resbalen.
17:6 Yo te he invocado, por cuanto tú me oirás, oh Dios; Inclina a mí tu oído, escucha mi palabra.
17:7 Muestra tus maravillosas misericordias, tú que salvas a los que se refugian a tu diestra, De los que se levantan contra ellos.
17:8 Guárdame como a la niña de tus ojos; Escóndeme bajo la sombra de tus alas,
17:9 De la vista de los malos que me oprimen, De mis enemigos que buscan mi vida.
17:10 Envueltos están con su grosura; Con su boca hablan arrogantemente.
17:11 Han cercado ahora nuestros pasos; Tienen puestos sus ojos para echarnos por tierra.
17:12 Son como león que desea hacer presa, Y como leoncillo que está en su escondite.
17:13 Levántate, oh Jehová; Sal a su encuentro, póstrales; Libra mi alma de los malos con tu espada,
17:14 De los hombres con tu mano, oh Jehová, De los hombres mundanos, cuya porción la tienen en esta vida, Y cuyo vientre está lleno de tu tesoro. Sacian a sus hijos, Y aun sobra para sus pequeñuelos.
17:15 En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; Estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.
Capítulo 18


Acción de gracias por la victoria

Al músico principal. Salmo de David, siervo de Jehová, el cual dirigió a Jehová las palabras de este cántico el día que le libró Jehová de mano de todos sus enemigos, y de mano de Saúl. Entonces dijo:


18:1 Te amo, oh Jehová, fortaleza mía.
18:2 Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.
18:3 Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, Y seré salvo de mis enemigos.
18:4 Me rodearon ligaduras de muerte, Y torrentes de perversidad me atemorizaron.
18:5 Ligaduras del Seol me rodearon, Me tendieron lazos de muerte.
18:6 En mi angustia invoqué a Jehová, Y clamé a mi Dios. El oyó mi voz desde su templo, Y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos.
18:7 La tierra fue conmovida y tembló; Se conmovieron los cimientos de los montes, Y se estremecieron, porque se indignó él.
18:8 Humo subió de su nariz, Y de su boca fuego consumidor; Carbones fueron por él encendidos.
18:9 Inclinó los cielos, y descendió; Y había densas tinieblas debajo de sus pies.
18:10 Cabalgó sobre un querubín, y voló; Voló sobre las alas del viento.
18:11 Puso tinieblas por su escondedero, por cortina suya alrededor de sí; Oscuridad de aguas, nubes de los cielos.
18:12 Por el resplandor de su presencia, sus nubes pasaron; Granizo y carbones ardientes.
18:13 Tronó en los cielos Jehová, Y el Altísimo dio su voz; Granizo y carbones de fuego.
18:14 Envió sus saetas, y los dispersó; Lanzó relámpagos, y los destruyó.
18:15 Entonces aparecieron los abismos de las aguas, Y quedaron al descubierto los cimientos del mundo, A tu reprensión, oh Jehová, Por el soplo del aliento de tu nariz.
18:16 Envió desde lo alto; me tomó, Me sacó de las muchas aguas.
18:17 Me libró de mi poderoso enemigo, Y de los que me aborrecían; pues eran más fuertes que yo.
18:18 Me asaltaron en el día de mi quebranto, Mas Jehová fue mi apoyo.
18:19 Me sacó a lugar espacioso; Me libró, porque se agradó de mí.
18:20 Jehová me ha premiado conforme a mi justicia; Conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado.
18:21 Porque yo he guardado los caminos de Jehová, Y no me aparté impíamente de mi Dios.
18:22 Pues todos sus juicios estuvieron delante de mí, Y no me he apartado de sus estatutos.
18:23 Fui recto para con él, y me he guardado de mi maldad,
18:24 Por lo cual me ha recompensado Jehová conforme a mi justicia; Conforme a la limpieza de mis manos delante de su vista.
18:25 Con el misericordioso te mostrarás misericordioso, Y recto para con el hombre íntegro.
18:26 Limpio te mostrarás para con el limpio, Y severo serás para con el perverso.
18:27 Porque tú salvarás al pueblo afligido, Y humillarás los ojos altivos.
18:28 Tú encenderás mi lámpara; Jehová mi Dios alumbrará mis tinieblas.
18:29 Contigo desbarataré ejércitos, Y con mi Dios asaltaré muros.
18:30 En cuanto a Dios, perfecto es su camino, Y acrisolada la palabra de Jehová; Escudo es a todos los que en él esperan.
18:31 Porque ¿quién es Dios sino sólo Jehová? ¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios?
18:32 Dios es el que me ciñe de poder, Y quien hace perfecto mi camino;
18:33 Quien hace mis pies como de ciervas, Y me hace estar firme sobre mis alturas;
18:34 Quien adiestra mis manos para la batalla, Para entesar con mis brazos el arco de bronce.
18:35 Me diste asimismo el escudo de tu salvación; Tu diestra me sustentó, Y tu benignidad me ha engrandecido.
18:36 Ensanchaste mis pasos debajo de mí, Y mis pies no han resbalado.
18:37 Perseguí a mis enemigos, y los alcancé, Y no volví hasta acabarlos.
18:38 Los herí de modo que no se levantasen; Cayeron debajo de mis pies.
18:39 Pues me ceñiste de fuerzas para la pelea; Has humillado a mis enemigos debajo de mí.
18:40 Has hecho que mis enemigos me vuelvan las espaldas, Para que yo destruya a los que me aborrecen.
18:41 Clamaron, y no hubo quien salvase; Aun a Jehová, pero no los oyó.
18:42 Y los molí como polvo delante del viento; Los eché fuera como lodo de las calles.
18:43 Me has librado de las contiendas del pueblo; Me has hecho cabeza de las naciones; Pueblo que yo no conocía me sirvió.
18:44 Al oír de mí me obedecieron; Los hijos de extraños se sometieron a mí.
18:45 Los extraños se debilitaron Y salieron temblando de sus encierros.
18:46 Viva Jehová, y bendita sea mi roca, Y enaltecido sea el Dios de mi salvación;
18:47 El Dios que venga mis agravios, Y somete pueblos debajo de mí;
18:48 El que me libra de mis enemigos, Y aun me eleva sobre los que se levantan contra mí; Me libraste de varón violento.
18:49 Por tanto yo te confesaré entre las naciones, oh Jehová, Y cantaré a tu nombre.
18:50 Grandes triunfos da a su rey, Y hace misericordia a su ungido, A David y a su descendencia, para siempre.
Capítulo 19


Las obras y la palabra de Dios
Al músico principal. Salmo de David.


19:1 Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
19:2 Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche declara sabiduría.
19:3 No hay lenguaje, ni palabras, Ni es oída su voz.
19:4 Por toda la tierra salió su voz, Y hasta el extremo del mundo sus palabras. En ellos puso tabernáculo para el sol;
19:5 Y éste, como esposo que sale de su tálamo, Se alegra cual gigante para correr el camino.
19:6 De un extremo de los cielos es su salida, Y su curso hasta el término de ellos; Y nada hay que se esconda de su calor.
19:7 La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.
19:8 Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos.
19:9 El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehová son verdad, todos justos.
19:10 Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; Y dulces más que miel, y que la que destila del panal.
19:11 Tu siervo es además amonestado con ellos; En guardarlos hay grande galardón.
19:12 ¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos.
19:13 Preserva también a tu siervo de las soberbias; Que no se enseñoreen de mí; Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión.
19:14 Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.
Capítulo 20


Oración pidiendo la victoria
Al músico principal. Salmo de David.


20:1 Jehová te oiga en el día de conflicto; El nombre del Dios de Jacob te defienda.
20:2 Te envíe ayuda desde el santuario, Y desde Sion te sostenga.
20:3 Haga memoria de todas tus ofrendas, Y acepte tu holocausto. Selah
20:4 Te dé conforme al deseo de tu corazón, Y cumpla todo tu consejo.
20:5 Nosotros nos alegraremos en tu salvación, Y alzaremos pendón en el nombre de nuestro Dios; Conceda Jehová todas tus peticiones.
20:6 Ahora conozco que Jehová salva a su ungido; Lo oirá desde sus santos cielos Con la potencia salvadora de su diestra.
20:7 Estos confían en carros, y aquéllos en caballos; Mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria.
20:8 Ellos flaquean y caen, Mas nosotros nos levantamos, y estamos en pie.
20:9 Salva, Jehová; Que el Rey nos oiga en el día que lo invoquemos.
Capítulo 21


Alabanza por haber sido librado del enemigo
Al músico principal. Salmo de David.





21:1 El rey se alegra en tu poder, oh Jehová; Y en tu salvación, ¡cómo se goza!
21:2 Le has concedido el deseo de su corazón, Y no le negaste la petición de sus labios. Selah
21:3 Porque le has salido al encuentro con bendiciones de bien; Corona de oro fino has puesto sobre su cabeza.
21:4 Vida te demandó, y se la diste; Largura de días eternamente y para siempre.
21:5 Grande es su gloria en tu salvación; Honra y majestad has puesto sobre él.
21:6 Porque lo has bendecido para siempre; Lo llenaste de alegría con tu presencia.
21:7 Por cuanto el rey confía en Jehová, Y en la misericordia del Altísimo, no será conmovido.
21:8 Alcanzará tu mano a todos tus enemigos; Tu diestra alcanzará a los que te aborrecen.
21:9 Los pondrás como horno de fuego en el tiempo de tu ira; Jehová los deshará en su ira, Y fuego los consumirá.
21:10 Su fruto destruirás de la tierra, Y su descendencia de entre los hijos de los hombres.
21:11 Porque intentaron el mal contra ti; Fraguaron maquinaciones, mas no prevalecerán,
21:12 Pues tú los pondrás en fuga; En tus cuerdas dispondrás saetas contra sus rostros.
21:13 Engrandécete, oh Jehová, en tu poder; Cantaremos y alabaremos tu poderío.
Capítulo 22


Un grito de angustia y un canto de alabanza
Al músico principal; sobre Ajelet-sahar. Salmo de David.





22:1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?
22:2 Dios mío, clamo de día, y no respondes; Y de noche, y no hay para mí reposo.
22:3 Pero tú eres santo, Tú que habitas entre las alabanzas de Israel.
22:4 En ti esperaron nuestros padres; Esperaron, y tú los libraste.
22:5 Clamaron a ti, y fueron librados; Confiaron en ti, y no fueron avergonzados.
22:6 Mas yo soy gusano, y no hombre; Oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo.
22:7 Todos los que me ven me escarnecen; Estiran la boca, menean la cabeza, diciendo:
22:8 Se encomendó a Jehová; líbrele él; Sálvele, puesto que en él se complacía.
22:9 Pero tú eres el que me sacó del vientre; El que me hizo estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre.
22:10 Sobre ti fui echado desde antes de nacer; Desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios.
22:11 No te alejes de mí, porque la angustia está cerca; Porque no hay quien ayude.
22:12 Me han rodeado muchos toros; Fuertes toros de Basán me han cercado.
22:13 Abrieron sobre mí su boca Como león rapaz y rugiente.
22:14 He sido derramado como aguas, Y todos mis huesos se descoyuntaron; Mi corazón fue como cera, Derritiéndose en medio de mis entrañas.
22:15 Como un tiesto se secó mi vigor, Y mi lengua se pegó a mi paladar, Y me has puesto en el polvo de la muerte.
22:16 Porque perros me han rodeado; Me ha cercado cuadrilla de malignos; Horadaron mis manos y mis pies.
22:17 Contar puedo todos mis huesos; Entre tanto, ellos me miran y me observan.
22:18 Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes.
22:19 Mas tú, Jehová, no te alejes; Fortaleza mía, apresúrate a socorrerme.
22:20 Libra de la espada mi alma, Del poder del perro mi vida.
22:21 Sálvame de la boca del león, Y líbrame de los cuernos de los búfalos.
22:22 Anunciaré tu nombre a mis hermanos; En medio de la congregación te alabaré.
22:23 Los que teméis a Jehová, alabadle; Glorificadle, descendencia toda de Jacob, Y temedle vosotros, descendencia toda de Israel.
22:24 Porque no menospreció ni abominó la aflicción del afligido, Ni de él escondió su rostro; Sino que cuando clamó a él, le oyó.
22:25 De ti será mi alabanza en la gran congregación; Mis votos pagaré delante de los que le temen.
22:26 Comerán los humildes, y serán saciados; Alabarán a Jehová los que le buscan; Vivirá vuestro corazón para siempre.
22:27 Se acordarán, y se volverán a Jehová todos los confines de la tierra, Y todas las familias de las naciones adorarán delante de ti.
22:28 Porque de Jehová es el reino, Y él regirá las naciones.
22:29 Comerán y adorarán todos los poderosos de la tierra; Se postrarán delante de él todos los que descienden al polvo, Aun el que no puede conservar la vida a su propia alma.
22:30 La posteridad le servirá; Esto será contado de Jehová hasta la postrera generación.
22:31 Vendrán, y anunciarán su justicia; A pueblo no nacido aún, anunciarán que él hizo esto.
Capítulo 23


Jehová es mi pastor
Salmo de David.





23:1 Jehová es mi pastor; nada me faltará.
23:2 En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.
23:3 Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
23:4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
23:5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
23:6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días.
Capítulo 24


El rey de gloria
Salmo de David.





24:1 De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan.
24:2 Porque él la fundó sobre los mares, Y la afirmó sobre los ríos.
24:3 ¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo?
24:4 El limpio de manos y puro de corazón; El que no ha elevado su alma a cosas vanas, Ni jurado con engaño.
24:5 El recibirá bendición de Jehová, Y justicia del Dios de salvación.
24:6 Tal es la generación de los que le buscan, De los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob. Selah
24:7 Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, Y alzaos vosotras, puertas eternas, Y entrará el Rey de gloria.
24:8 ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová el fuerte y valiente, Jehová el poderoso en batalla.
24:9 Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, Y alzaos vosotras, puertas eternas, Y entrará el Rey de gloria.
24:10 ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová de los ejércitos, El es el Rey de la gloria. Selah
Capítulo 25


David implora dirección, perdón y protección
Salmo de David.





25:1 A ti, oh Jehová, levantaré mi alma.
25:2 Dios mío, en ti confío; No sea yo avergonzado, No se alegren de mí mis enemigos.
25:3 Ciertamente ninguno de cuantos esperan en ti será confundido; Serán avergonzados los que se rebelan sin causa.
25:4 Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; Enséñame tus sendas.
25:5 Encamíname en tu verdad, y enséñame, Porque tú eres el Dios de mi salvación; En ti he esperado todo el día.
25:6 Acuérdate, oh Jehová, de tus piedades y de tus misericordias, Que son perpetuas.
25:7 De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes; Conforme a tu misericordia acuérdate de mí, Por tu bondad, oh Jehová.
25:8 Bueno y recto es Jehová; Por tanto, él enseñará a los pecadores el camino.
25:9 Encaminará a los humildes por el juicio, Y enseñará a los mansos su carrera.
25:10 Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad, Para los que guardan su pacto y sus testimonios.
25:11 Por amor de tu nombre, oh Jehová, Perdonarás también mi pecado, que es grande.
25:12 ¿Quién es el hombre que teme a Jehová? El le enseñará el camino que ha de escoger.
25:13 Gozará él de bienestar, Y su descendencia heredará la tierra.
25:14 La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto.
25:15 Mis ojos están siempre hacia Jehová, Porque él sacará mis pies de la red.
25:16 Mírame, y ten misericordia de mí, Porque estoy solo y afligido.
25:17 Las angustias de mi corazón se han aumentado; Sácame de mis congojas.
25:18 Mira mi aflicción y mi trabajo, Y perdona todos mis pecados.
25:19 Mira mis enemigos, cómo se han multiplicado, Y con odio violento me aborrecen.
25:20 Guarda mi alma, y líbrame; No sea yo avergonzado, porque en ti confié.
25:21 Integridad y rectitud me guarden, Porque en ti he esperado.
25:22 Redime, oh Dios, a Israel De todas sus angustias.
Capítulo 26


Declaración de integridad
Salmo de David.





26:1 Júzgame, oh Jehová, porque yo en mi integridad he andado; He confiado asimismo en Jehová sin titubear.
26:2 Escudríñame, oh Jehová, y pruébame; Examina mis íntimos pensamientos y mi corazón.
26:3 Porque tu misericordia está delante de mis ojos, Y ando en tu verdad.
26:4 No me he sentado con hombres hipócritas, Ni entré con los que andan simuladamente.
26:5 Aborrecí la reunión de los malignos, Y con los impíos nunca me senté.
26:6 Lavaré en inocencia mis manos, Y así andaré alrededor de tu altar, oh Jehová,
26:7 Para exclamar con voz de acción de gracias, Y para contar todas tus maravillas.
26:8 Jehová, la habitación de tu casa he amado, Y el lugar de la morada de tu gloria.
26:9 No arrebates con los pecadores mi alma, Ni mi vida con hombres sanguinarios,
26:10 En cuyas manos está el mal, Y su diestra está llena de sobornos.
26:11 Mas yo andaré en mi integridad; Redímeme, y ten misericordia de mí. 26:12 Mi pie ha estado en rectitud; En las congregaciones bendeciré a Jehová.
Capítulo 27


Jehová es mi luz y mi salvación
Salmo de David.





27:1 Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?
27:2 Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.
27:3 Aunque un ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado.
27:4 Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.
27:5 Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; Me ocultará en lo reservado de su morada; Sobre una roca me pondrá en alto.
27:6 Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean, Y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo; Cantaré y entonaré alabanzas a Jehová.
27:7 Oye, oh Jehová, mi voz con que a ti clamo; Ten misericordia de mí, y respóndeme.
27:8 Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Jehová;
27:9 No escondas tu rostro de mí. No apartes con ira a tu siervo; Mi ayuda has sido. No me dejes ni me desampares, Dios de mi salvación.
27:10 Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá.
27:11 Enséñame, oh Jehová, tu camino, Y guíame por senda de rectitud A causa de mis enemigos.
27:12 No me entregues a la voluntad de mis enemigos; Porque se han levantado contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad.
27:13 Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová En la tierra de los vivientes.
27:14 Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová.
Capítulo 28


Plegaria pidiendo ayuda, y alabanza por la respuesta
Salmo de David.





28:1 A ti clamaré, oh Jehová. Roca mía, no te desentiendas de mí, Para que no sea yo, dejándome tú, Semejante a los que descienden al sepulcro.
28:2 Oye la voz de mis ruegos cuando clamo a ti, Cuando alzo mis manos hacia tu santo templo.
28:3 No me arrebates juntamente con los malos, Y con los que hacen iniquidad, Los cuales hablan paz con sus prójimos, Pero la maldad está en su corazón.
28:4 Dales conforme a su obra, y conforme a la perversidad de sus hechos; Dales su merecido conforme a la obra de sus manos.
28:5 Por cuanto no atendieron a los hechos de Jehová, Ni a la obra de sus manos, El los derribará, y no los edificará.
28:6 Bendito sea Jehová, Que oyó la voz de mis ruegos.
28:7 Jehová es mi fortaleza y mi escudo; En él confió mi corazón, y fui ayudado, Por lo que se gozó mi corazón, Y con mi cántico le alabaré.
28:8 Jehová es la fortaleza de su pueblo, Y el refugio salvador de su ungido.
28:9 Salva a tu pueblo, y bendice a tu heredad; Y pastoréales y susténtales para siempre.
Capítulo 29


Poder y gloria de Jehová
Salmo de David.





29:1 Tributad a Jehová, oh hijos de los poderosos, Dad a Jehová la gloria y el poder.
29:2 Dad a Jehová la gloria debida a su nombre; Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad.
29:3 Voz de Jehová sobre las aguas; Truena el Dios de gloria, Jehová sobre las muchas aguas.
29:4 Voz de Jehová con potencia; Voz de Jehová con gloria.
29:5 Voz de Jehová que quebranta los cedros; Quebrantó Jehová los cedros del Líbano.
29:6 Los hizo saltar como becerros; Al Líbano y al Sirión como hijos de búfalos.
29:7 Voz de Jehová que derrama llamas de fuego;
29:8 Voz de Jehová que hace temblar el desierto; Hace temblar Jehová el desierto de Cades.
29:9 Voz de Jehová que desgaja las encinas, Y desnuda los bosques; En su templo todo proclama su gloria.
29:10 Jehová preside en el diluvio, Y se sienta Jehová como rey para siempre.
29:11 Jehová dará poder a su pueblo; Jehová bendecirá a su pueblo con paz.
Capítulo 30


Acción de gracias por haber sido librado de la muerte
Salmo cantado en la dedicación de la Casa.
Salmo de David.





30:1 Te glorificaré, oh Jehová, porque me has exaltado, Y no permitiste que mis enemigos se alegraran de mí.
30:2 Jehová Dios mío, A ti clamé, y me sanaste.
30:3 Oh Jehová, hiciste subir mi alma del Seol; Me diste vida, para que no descendiese a la sepultura.
30:4 Cantad a Jehová, vosotros sus santos, Y celebrad la memoria de su santidad.
30:5 Porque un momento será su ira, Pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, Y a la mañana vendrá la alegría.
30:6 En mi prosperidad dije yo: No seré jamás conmovido,
30:7 Porque tú, Jehová, con tu favor me afirmaste como monte fuerte. Escondiste tu rostro, fui turbado.
30:8 A ti, oh Jehová, clamaré, Y al Señor suplicaré.
30:9 ¿Qué provecho hay en mi muerte cuando descienda a la sepultura? ¿Te alabará el polvo? ¿Anunciará tu verdad?
30:10 Oye, oh Jehová, y ten misericordia de mí; Jehová, sé tú mi ayudador.
30:11 Has cambiado mi lamento en baile; Desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría.
30:12 Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado. Jehová Dios mío, te alabaré para siempre.
Capítulo 31


Declaración de confianza
Al músico principal. Salmo de David.





31:1 En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás; Líbrame en tu justicia.
31:2 Inclina a mí tu oído, líbrame pronto; Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme.
31:3 Porque tú eres mi roca y mi castillo; Por tu nombre me guiarás y me encaminarás.
31:4 Sácame de la red que han escondido para mí, Pues tú eres mi refugio.
31:5 En tu mano encomiendo mi espíritu; Tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad.
31:6 Aborrezco a los que esperan en vanidades ilusorias; Mas yo en Jehová he esperado.
31:7 Me gozaré y alegraré en tu misericordia, Porque has visto mi aflicción; Has conocido mi alma en las angustias.
31:8 No me entregaste en mano del enemigo; Pusiste mis pies en lugar espacioso.
31:9 Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy en angustia; Se han consumido de tristeza mis ojos, mi alma también y mi cuerpo.
31:10 Porque mi vida se va gastando de dolor, y mis años de suspirar; Se agotan mis fuerzas a causa de mi iniquidad, y mis huesos se han consumido.
31:11 De todos mis enemigos soy objeto de oprobio, Y de mis vecinos mucho más, y el horror de mis conocidos; Los que me ven fuera huyen de mí.
31:12 He sido olvidado de su corazón como un muerto; He venido a ser como un vaso quebrado.
31:13 Porque oigo la calumnia de muchos; El miedo me asalta por todas partes, Mientras consultan juntos contra mí E idean quitarme la vida.
31:14 Mas yo en ti confío, oh Jehová; Digo: Tú eres mi Dios.
31:15 En tu mano están mis tiempos; Líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores.
31:16 Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo; Sálvame por tu misericordia. 31:17 No sea yo avergonzado, oh Jehová, ya que te he invocado; Sean avergonzados los impíos, estén mudos en el Seol.
31:18 Enmudezcan los labios mentirosos, Que hablan contra el justo cosas duras Con soberbia y menosprecio.
31:19 ¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, Que has mostrado a los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres!
31:20 En lo secreto de tu presencia los esconderás de la conspiración del hombre; Los pondrás en un tabernáculo a cubierto de contención de lenguas.
31:21 Bendito sea Jehová, Porque ha hecho maravillosa su misericordia para conmigo en ciudad fortificada.
31:22 Decía yo en mi premura: Cortado soy de delante de tus ojos; Pero tú oíste la voz de mis ruegos cuando a ti clamaba.
31:23 Amad a Jehová, todos vosotros sus santos; A los fieles guarda Jehová, Y paga abundantemente al que procede con soberbia.
31:24 Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová, Y tome aliento vuestro corazón.
Capítulo 32


La dicha del perdón
Salmo de David. Masquil.





32:1 Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado.
32:2 Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, Y en cuyo espíritu no hay engaño.
32:3 Mientras callé, se envejecieron mis huesos En mi gemir todo el día.
32:4 Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; Se volvió mi verdor en sequedades de verano. Selah
32:5 Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. Selah
32:6 Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado; Ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán éstas a él.
32:7 Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia; Con cánticos de liberación me rodearás. Selah
32:8 Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos.
32:9 No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, Que han de ser sujetados con cabestro y con freno, Porque si no, no se acercan a ti.
32:10 Muchos dolores habrá para el impío; Mas al que espera en Jehová, le rodea la misericordia.
32:11 Alegraos en Jehová y gozaos, justos; Y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón.
Capítulo 33


Alabanzas al Creador y Preservador





33:1 Alegraos, oh justos, en Jehová; En los íntegros es hermosa la alabanza.
33:2 Aclamad a Jehová con arpa; Cantadle con salterio y decacordio.
33:3 Cantadle cántico nuevo; Hacedlo bien, tañendo con júbilo.
33:4 Porque recta es la palabra de Jehová, Y toda su obra es hecha con fidelidad.
33:5 El ama justicia y juicio; De la misericordia de Jehová está llena la tierra.
33:6 Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca.
33:7 El junta como montón las aguas del mar; El pone en depósitos los abismos.
33:8 Tema a Jehová toda la tierra; Teman delante de él todos los habitantes del mundo.
33:9 Porque él dijo, y fue hecho; El mandó, y existió.
33:10 Jehová hace nulo el consejo de las naciones, Y frustra las maquinaciones de los pueblos.
33:11 El consejo de Jehová permanecerá para siempre; Los pensamientos de su corazón por todas las generaciones.
33:12 Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová, El pueblo que él escogió como heredad para sí.
33:13 Desde los cielos miró Jehová; Vio a todos los hijos de los hombres;
33:14 Desde el lugar de su morada miró Sobre todos los moradores de la tierra.
33:15 El formó el corazón de todos ellos; Atento está a todas sus obras.
33:16 El rey no se salva por la multitud del ejército, Ni escapa el valiente por la mucha fuerza. 33:17 Vano para salvarse es el caballo; La grandeza de su fuerza a nadie podrá librar.
33:18 He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen, Sobre los que esperan en su misericordia,
33:19 Para librar sus almas de la muerte, Y para darles vida en tiempo de hambre.
33:20 Nuestra alma espera a Jehová; Nuestra ayuda y nuestro escudo es él.
33:21 Por tanto, en él se alegrará nuestro corazón, Porque en su santo nombre hemos confiado.
33:22 Sea tu misericordia, oh Jehová, sobre nosotros, Según esperamos en ti.
Capítulo 34


La protección divina
Salmo de David, cuando mudó su semblante delante de Abimelec, y él lo echó, y se fue.





34:1 Bendeciré a Jehová en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en mi boca.
34:2 En Jehová se gloriará mi alma; Lo oirán los mansos, y se alegrarán.
34:3 Engrandeced a Jehová conmigo, Y exaltemos a una su nombre.
34:4 Busqué a Jehová, y él me oyó, Y me libró de todos mis temores.
34:5 Los que miraron a él fueron alumbrados, Y sus rostros no fueron avergonzados.
34:6 Este pobre clamó, y le oyó Jehová, Y lo libró de todas sus angustias.
34:7 El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, Y los defiende.
34:8 Gustad, y ved que es bueno Jehová; Dichoso el hombre que confía en él.
34:9 Temed a Jehová, vosotros sus santos, Pues nada falta a los que le temen.
34:10 Los leoncillos necesitan, y tienen hambre; Pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien.
34:11 Venid, hijos, oídme; El temor de Jehová os enseñaré.
34:12 ¿Quién es el hombre que desea vida, Que desea muchos días para ver el bien?
34:13 Guarda tu lengua del mal, Y tus labios de hablar engaño.
34:14 Apártate del mal, y haz el bien; Busca la paz, y síguela.
34:15 Los ojos de Jehová están sobre los justos, Y atentos sus oídos al clamor de ellos.
34:16 La ira de Jehová contra los que hacen mal, Para cortar de la tierra la memoria de ellos.
34:17 Claman los justos, y Jehová oye, Y los libra de todas sus angustias.
34:18 Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu.
34:19 Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová.
34:20 El guarda todos sus huesos; Ni uno de ellos será quebrantado.
34:21 Matará al malo la maldad, Y los que aborrecen al justo serán condenados.
34:22 Jehová redime el alma de sus siervos, Y no serán condenados cuantos en él confían.
Capítulo 35


Plegaria pidiendo ser librado de los enemigos
Salmo de David.





35:1 Disputa, oh Jehová, con los que contra mí contienden; Pelea contra los que me combaten.
35:2 Echa mano al escudo y al pavés, Y levántate en mi ayuda.
35:3 Saca la lanza, cierra contra mis perseguidores; Di a mi alma: Yo soy tu salvación.
35:4 Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida; Sean vueltos atrás y avergonzados los que mi mal intentan.
35:5 Sean como el tamo delante del viento, Y el ángel de Jehová los acose.
35:6 Sea su camino tenebroso y resbaladizo, Y el ángel de Jehová los persiga.
35:7 Porque sin causa escondieron para mí su red en un hoyo; Sin causa cavaron hoyo para mi alma.
35:8 Véngale el quebrantamiento sin que lo sepa, Y la red que él escondió lo prenda; Con quebrantamiento caiga en ella.
35:9 Entonces mi alma se alegrará en Jehová; Se regocijará en su salvación.
35:10 Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú, Que libras al afligido del más fuerte que él, Y al pobre y menesteroso del que le despoja?
35:11 Se levantan testigos malvados; De lo que no sé me preguntan;
35:12 Me devuelven mal por bien, Para afligir a mi alma.
35:13 Pero yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de cilicio; Afligí con ayuno mi alma, Y mi oración se volvía a mi seno.
35:14 Como por mi compañero, como por mi hermano andaba; Como el que trae luto por madre, enlutado me humillaba.
35:15 Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron; Se juntaron contra mí gentes despreciables, y yo no lo entendía; Me despedazaban sin descanso;
35:16 Como lisonjeros, escarnecedores y truhanes, Crujieron contra mí sus dientes.
35:17 Señor, ¿hasta cuándo verás esto? Rescata mi alma de sus destrucciones, mi vida de los leones.
35:18 Te confesaré en grande congregación; Te alabaré entre numeroso pueblo.
35:19 No se alegren de mí los que sin causa son mis enemigos, Ni los que me aborrecen sin causa guiñen el ojo.
35:20 Porque no hablan paz; Y contra los mansos de la tierra piensan palabras engañosas.
35:21 Ensancharon contra mí su boca; Dijeron: ¡Ea, ea, nuestros ojos lo han visto!
35:22 Tú lo has visto, oh Jehová; no calles; Señor, no te alejes de mí.
35:23 Muévete y despierta para hacerme justicia, Dios mío y Señor mío, para defender mi causa.
35:24 Júzgame conforme a tu justicia, Jehová Dios mío, Y no se alegren de mí.
35:25 No digan en su corazón: ¡Ea, alma nuestra! No digan: ¡Le hemos devorado!
35:26 Sean avergonzados y confundidos a una los que de mi mal se alegran; Vístanse de vergüenza y de confusión los que se engrandecen contra mí.
35:27 Canten y alégrense los que están a favor de mi justa causa, Y digan siempre: Sea exaltado Jehová, Que ama la paz de su siervo.
35:28 Y mi lengua hablará de tu justicia Y de tu alabanza todo el día.
Capítulo 36


La misericordia de Dios
Al músico principal. Salmo de David, siervo de Jehová.





36:1 La iniquidad del impío me dice al corazón: No hay temor de Dios delante de sus ojos.
36:2 Se lisonjea, por tanto, en sus propios ojos, De que su iniquidad no será hallada y aborrecida.
36:3 Las palabras de su boca son iniquidad y fraude; Ha dejado de ser cuerdo y de hacer el bien.
36:4 Medita maldad sobre su cama; Está en camino no bueno, El mal no aborrece.
36:5 Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia, Y tu fidelidad alcanza hasta las nubes.
36:6 Tu justicia es como los montes de Dios, Tus juicios, abismo grande. Oh Jehová, al hombre y al animal conservas.
36:7 ¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas.
36:8 Serán completamente saciados de la grosura de tu casa, Y tú los abrevarás del torrente de tus delicias.
36:9 Porque contigo está el manantial de la vida; En tu luz veremos la luz.
36:10 Extiende tu misericordia a los que te conocen, Y tu justicia a los rectos de corazón.
36:11 No venga pie de soberbia contra mí, Y mano de impíos no me mueva.
36:12 Allí cayeron los hacedores de iniquidad; Fueron derribados, y no podrán levantarse.
Capítulo 37


El camino de los malos
Salmo de David.





37:1 No te impacientes a causa de los malignos, Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.
37:2 Porque como hierba serán pronto cortados, Y como la hierba verde se secarán.
37:3 Confía en Jehová, y haz el bien; Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad.
37:4 Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón.
37:5 Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará.
37:6 Exhibirá tu justicia como la luz, Y tu derecho como el mediodía.
37:7 Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, Por el hombre que hace maldades.
37:8 Deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo.
37:9 Porque los malignos serán destruidos, Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra.
37:10 Pues de aquí a poco no existirá el malo; Observarás su lugar, y no estará allí.
37:11 Pero los mansos heredarán la tierra, Y se recrearán con abundancia de paz.
37:12 Maquina el impío contra el justo, Y cruje contra él sus dientes;
37:13 El Señor se reirá de él; Porque ve que viene su día.
37:14 Los impíos desenvainan espada y entesan su arco, Para derribar al pobre y al menesteroso, Para matar a los de recto proceder.
37:15 Su espada entrará en su mismo corazón, Y su arco será quebrado.
37:16 Mejor es lo poco del justo, Que las riquezas de muchos pecadores.
37:17 Porque los brazos de los impíos serán quebrados; Mas el que sostiene a los justos es Jehová.
37:18 Conoce Jehová los días de los perfectos, Y la heredad de ellos será para siempre.
37:19 No serán avergonzados en el mal tiempo, Y en los días de hambre serán saciados.
37:20 Mas los impíos perecerán, Y los enemigos de Jehová como la grasa de los carneros Serán consumidos; se disiparán como el humo.
37:21 El impío toma prestado, y no paga; Mas el justo tiene misericordia, y da.
37:22 Porque los benditos de él heredarán la tierra; Y los malditos de él serán destruidos.
37:23 Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, Y él aprueba su camino.
37:24 Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, Porque Jehová sostiene su mano.
37:25 Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia que mendigue pan.
37:26 En todo tiempo tiene misericordia, y presta; Y su descendencia es para bendición.
37:27 Apártate del mal, y haz el bien, Y vivirás para siempre.
37:28 Porque Jehová ama la rectitud, Y no desampara a sus santos. Para siempre serán guardados; Mas la descendencia de los impíos será destruida.
37:29 Los justos heredarán la tierra, Y vivirán para siempre sobre ella. 37:30 La boca del justo habla sabiduría, Y su lengua habla justicia.
37:31 La ley de su Dios está en su corazón; Por tanto, sus pies no resbalarán.
37:32 Acecha el impío al justo, Y procura matarlo.
37:33 Jehová no lo dejará en sus manos, Ni lo condenará cuando le juzgaren.
37:34 Espera en Jehová, y guarda su camino, Y él te exaltará para heredar la tierra; Cuando sean destruidos los pecadores, lo verás.
37:35 Vi yo al impío sumamente enaltecido, Y que se extendía como laurel verde.
37:36 Pero él pasó, y he aquí ya no estaba; Lo busqué, y no fue hallado.
37:37 Considera al íntegro, y mira al justo; Porque hay un final dichoso para el hombre de paz.
37:38 Mas los transgresores serán todos a una destruidos; La posteridad de los impíos será extinguida.
37:39 Pero la salvación de los justos es de Jehová, Y él es su fortaleza en el tiempo de la angustia.
37:40 Jehová los ayudará y los librará; Los libertará de los impíos, y los salvará, Por cuanto en él esperaron.
Capítulo 38


Oración de un penitente
Salmo de David, para recordar.





38:1 Jehová, no me reprendas en tu furor, Ni me castigues en tu ira.
38:2 Porque tus saetas cayeron sobre mí, Y sobre mí ha descendido tu mano.
38:3 Nada hay sano en mi carne, a causa de tu ira; Ni hay paz en mis huesos, a causa de mi pecado.
38:4 Porque mis iniquidades se han agravado sobre mi cabeza; Como carga pesada se han agravado sobre mí.
38:5 Hieden y supuran mis llagas, A causa de mi locura.
38:6 Estoy encorvado, estoy humillado en gran manera, Ando enlutado todo el día.
38:7 Porque mis lomos están llenos de ardor, Y nada hay sano en mi carne.
38:8 Estoy debilitado y molido en gran manera; Gimo a causa de la conmoción de mi corazón.
38:9 Señor, delante de ti están todos mis deseos, Y mi suspiro no te es oculto.
38:10 Mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigor, Y aun la luz de mis ojos me falta ya.
38:11 Mis amigos y mis compañeros se mantienen lejos de mi plaga, Y mis cercanos se han alejado.
38:12 Los que buscan mi vida arman lazos, Y los que procuran mi mal hablan iniquidades, Y meditan fraudes todo el día.
38:13 Mas yo, como si fuera sordo, no oigo; Y soy como mudo que no abre la boca.
38:14 Soy, pues, como un hombre que no oye, Y en cuya boca no hay reprensiones.
38:15 Porque en ti, oh Jehová, he esperado; Tú responderás, Jehová Dios mío.
38:16 Dije: No se alegren de mí; Cuando mi pie resbale, no se engrandezcan sobre mí.
38:17 Pero yo estoy a punto de caer, Y mi dolor está delante de mí continuamente.
38:18 Por tanto, confesaré mi maldad, Y me contristaré por mi pecado.
38:19 Porque mis enemigos están vivos y fuertes, Y se han aumentado los que me aborrecen sin causa.
38:20 Los que pagan mal por bien Me son contrarios, por seguir yo lo bueno.
38:21 No me desampares, oh Jehová; Dios mío, no te alejes de mí.
38:22 Apresúrate a ayudarme, Oh Señor, mi salvación.
Capítulo 39


El carácter transitorio de la vida
Al músico principal; a Jedutún. Salmo de David.





39:1 Yo dije: Atenderé a mis caminos, Para no pecar con mi lengua; Guardaré mi boca con freno, En tanto que el impío esté delante de mí.
39:2 Enmudecí con silencio, me callé aun respecto de lo bueno; Y se agravó mi dolor.
39:3 Se enardeció mi corazón dentro de mí; En mi meditación se encendió fuego, Y así proferí con mi lengua:
39:4 Hazme saber, Jehová, mi fin, Y cuánta sea la medida de mis días; Sepa yo cuán frágil soy.
39:5 He aquí, diste a mis días término corto, Y mi edad es como nada delante de ti; Ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. Selah
39:6 Ciertamente como una sombra es el hombre; Ciertamente en vano se afana; Amontona riquezas, y no sabe quién las recogerá.
39:7 Y ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza está en ti.
39:8 Líbrame de todas mis transgresiones; No me pongas por escarnio del insensato.
39:9 Enmudecí, no abrí mi boca, Porque tú lo hiciste.
39:10 Quita de sobre mí tu plaga; Estoy consumido bajo los golpes de tu mano.
39:11 Con castigos por el pecado corriges al hombre, Y deshaces como polilla lo más estimado de él; Ciertamente vanidad es todo hombre. Selah
39:12 Oye mi oración, oh Jehová, y escucha mi clamor. No calles ante mis lágrimas; Porque forastero soy para ti, Y advenedizo, como todos mis padres.
39:13 Déjame, y tomaré fuerzas, Antes que vaya y perezca.
Capítulo 40


Alabanza por la liberación divina
Al músico principal. Salmo de David.





40:1 Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.
40:2 Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.
40:3 Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová.
40:4 Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira.
40:5 Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas; Y tus pensamientos para con nosotros, No es posible contarlos ante ti. Si yo anunciare y hablare de ellos, No pueden ser enumerados.
40:6 Sacrificio y ofrenda no te agrada; Has abierto mis oídos; Holocausto y expiación no has demandado.
40:7 Entonces dije: He aquí, vengo; En el rollo del libro está escrito de mí;
40:8 El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón.
40:9 He anunciado justicia en grande congregación; He aquí, no refrené mis labios, Jehová, tú lo sabes.
40:10 No encubrí tu justicia dentro de mi corazón; He publicado tu fidelidad y tu salvación; No oculté tu misericordia y tu verdad en grande asamblea.
40:11 Jehová, no retengas de mí tus misericordias; Tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.
40:12 Porque me han rodeado males sin número; Me han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista. Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me falla.
40:13 Quieras, oh Jehová, librarme; Jehová, apresúrate a socorrerme.
40:14 Sean avergonzados y confundidos a una Los que buscan mi vida para destruirla. Vuelvan atrás y avergüéncense Los que mi mal desean;
40:15 Sean asolados en pago de su afrenta Los que me dicen: ¡Ea, ea!
40:16 Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan, Y digan siempre los que aman tu salvación: Jehová sea enaltecido.
40:17 Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes.
Capítulo 41


Oración pidiendo salud
Al músico principal. Salmo de David.





41:1 Bienaventurado el que piensa en el pobre; En el día malo lo librará Jehová.
41:2 Jehová lo guardará, y le dará vida; Será bienaventurado en la tierra, Y no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos.
41:3 Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor; Mullirás toda su cama en su enfermedad.
41:4 Yo dije: Jehová, ten misericordia de mí; Sana mi alma, porque contra ti he pecado.
41:5 Mis enemigos dicen mal de mí, preguntando: ¿Cuándo morirá, y perecerá su nombre?
41:6 Y si vienen a verme, hablan mentira; Su corazón recoge para sí iniquidad, Y al salir fuera la divulgan.
41:7 Reunidos murmuran contra mí todos los que me aborrecen; Contra mí piensan mal, diciendo de mí:
41:8 Cosa pestilencial se ha apoderado de él; Y el que cayó en cama no volverá a levantarse.
41:9 Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, Alzó contra mí el calcañar.
41:10 Mas tú, Jehová, ten misericordia de mí, y hazme levantar, Y les daré el pago.
41:11 En esto conoceré que te he agradado, Que mi enemigo no se huelgue de mí.
41:12 En cuanto a mí, en mi integridad me has sustentado, Y me has hecho estar delante de ti para siempre.
41:13 Bendito sea Jehová, el Dios de Israel, Por los siglos de los siglos. Amén y Amén.